Ramble on - Led Zeppelin

7/9/11

Capítulo 8.

No recuerdo exactamente qué pasó desde lo último que dije. Me desperté en una casa que no conocía al día siguiente. Estaba sola, entre sábanas de color beige, y oía un ruido desde la habitación de al lado. Cogí mi ropa, me la puse rápidamente, y me acerqué al lugar de donde provenían los ruidos, era como una guitarra.


La puerta estaba casi cerrada pero no del todo, la empujé y allí estaba Syd, con su guitarra enchufada a un ampli, probando los sonidos más raros que uno jamás podría imaginarse.


Mi cara de sorpresa, la cual no controlaba, se fundió en una sonrisa avergonzada al ver que Syd miraba hacia mi con sus ojos negros. Me senté al lado suya, mirando con curiosidad lo que hacía con la guitarra. Era increíble, a nadie se le podría haber ocurrido hacer cosas así. Y sonaban bien.


De repente, así porque sí, se levantó dejando la guitarra en el suelo. La guitarra tenía trozos circulares de espejo pegados, con lo cual, el reflejo de la luz del sol en ellos creaba en la habitación un efecto muy guay.


Pero Syd estaba ahora mismo recibiendo señales del espacio exterior, o al menos lo parecía. Era tan impredecible este chico...


-Vete. Ahora.


-¿Qué dices, Roger?


-Que te largues. No te quiero aquí.


-Pero venga, no seas tonto -al decir esto riéndome fui a abrazarle pero me apartó bruscamente -Vale, lo cojo, que te den.


Y sin explicarme qué le pasaba, salí por la puerta. Y en el camino hacia ésta, miré a Syd a los ojos, y pude ver que ya no eran tan expresivos como de costumbre. Era una mirada como agujeros negros en el cielo. Era extraño. Ese no era Syd.


Estaba medio enfadada medio triste por la forma en la que Syd me había echado de su casa. Me estaba fumando un cigarrillo a ver si me calmaba, cuando me di cuenta de que me había perdido. La verdad es que estaba bastante desorientada, pues no sabía ni donde estaba.


Iba andando, mis gafas de sol redondas y moradas necesitaban una limpieza, y no podía ver bien. Pero fui estúpida y preferí el tropezarme o perderme antes que quitármelas, ya que me sentaban estupendamente.


Y casi me como el suelo, pero seguí andando. De pronto, vi como habia un chico corriendo que venia hacia mi dirección, fui a esquivarlo pero no sé que pasó que al final nos chocamos y se cayó encima mia. En la caída mis gafas salieron volando y se cayeron al suelo.


Estaba yo, tirada en el suelo, con un guapísimo chico de gruesos labios a lo Mick Jagger encima mia. No sabíamos que decir ninguno de los dos, así que dije "¡Mis gafas!" y me levanté quitandomelo de encima para cogerlas. Se habían roto.


-Dios, lo siento mucho, es que iba con prisa.


-No pasa nada, ya me compraras otras.


-¿Cómo? ¿Has dicho que yo...?


-Encantada, soy Layla Rolling -dije sonriente.


-Eh, yo soy David Gilmour. Habia quedado con un grupo para tocar con ellos porque su guitarra solista está mal de la cabeza, y yo acabo de volver de Francia...


-Por casualidad... ¿Hablas de Pink Floyd?


-Sí. ¿Los conoces?


Sonreí sin decir nada, él se quedó un poco cortado, y luego solté un "Me he tirado a su guitarra solista". Con lo cual, David se quedó sin saber que contestar. Después me preguntó si iba con él, pero no tenía ganas así que tan sólo me acerqué, le di un beso en la mejilla sin venir a cuento, y me fui tranquilamente, aunque no supiera por donde tenía que ir.


Tras mucho andar dando vueltas por Londres, aparecí en mi piso, cansadísima y jadeando. Margarett no estaba, qué extraño. Tan sólo quería acostarme en mi cama y dormir, así que eso es lo que hice.

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