"Tengo hambre". Fue lo último que pensé antes de ver a uno de mis ídolos. Una tía increíble. La jodida JANIS JOPLIN. Y encima me coló en lo de Abbey Road. Le conté todo el rollo de las banderas, puntuamos el culo de las estrellas de rock del 1 al 10 y Marge se rió de nuestras tonterías. Estuvo bien pero duró poco pues en un momento Janis se despidió y se perdió en la multitud de la gente.
Y la cosa no podía quedarse así. Janis me encantaba, así que la seguí. ¡Y joder! ¡Allí estaba todo el mundo! Me pareció ver a Jim Morrison. O a alguien parecido a Jim. Era raro pero vi a Syd Barrett. Lo juro. Y cuando miré a Syd con sus graciosos andares entre tanta gente, me fijé en alguien que lo miraba como extrañado, pero a la vez preocupado. Así que me acerqué a hablar con él.
-Vaya, vaya... No había escuchado a Margarett gritar tanto desde que una especie de rebaño, manada, o como mierda se diga de cucarachas invadió nuestra cocina -dije yo, guiñándole un ojo.
-Oh, joder, Layla... -se rió- ¿Has visto a Syd?
-Sí... le gustan los Beatles, ¿No?
-Sí, le encantan, sobre todo Lennon. Supongo que por eso está aquí.
-Entiendo. Oye, Roger, ¿Ves a esa de allí?
-¿No es Janis Joplin...?
-¡Seh! ¡Nos ha colado a Margarett y a mi! ¿Flipante, no?
-Si... Me recuerda a ti.
-¿CÓMO? Oh, venga ya, si Janis es genial, pero es un poco... un poco fea. ¿Me estás llamando fea? -dije yo fingiendo sorpresa, luego le giré la cara- ¡No me hables!
-No, tonta, -me cogió del hombro y me giré hacia él- eres preciosa.
Me reí, la típica sonrisilla tonta. Pero seguido cambié la cara.
-¡Sí, claro!¡Ya me gustaría a mi ser tan bella como es usted, señor Waters!
Y nos reímos juntos. De pronto, mirando entre la gente, pude ver a una Margarett apartándose a la gente, viniendo hacia mí rápido y con una expresión no de felicidad precisamente. "Hola, Layla" dijo de una forma seca acompañada de una sonrisa forzada. No dije nada y me fui. La gente estaba alterada, como si algo fuera a pasar. Estaba pensativa por lo de Margarett y seguí andando, seguí andando y *plof* me choqué con alguien. Iba a soltar el típico "Lo siento" inglés, pero no fui capaz de decir nada. Me quedé con la boca abierta mirando aquellos ojos medio marrones medio verdes levemente inclinados hacia abajo y adornados por unas largas pestañas y unas cejas perfectas.
-¿Eres...?
-Shhhh -dijo tapándome la boca- ...intento que se entere el menor número de personas.
Yo lo reconocí, pero tan poco era tan fácil. Llevaba bigote y barba falsos, y llevaba una ropa un tanto extraña. Pero era Paul, joder, el jodido bajista zurdo de los Beatles.
Estuve hablando con él, aun no me creía con quién estaba hablando, pero realmente estaba hablando con él. Me contó cosas sobre el grupo, y que John había ido tal cual, sin disfraz ninguno, y por eso la gente estaba tan emocionada. Estuvo genial pero se tenía que ir. Cogí mi abrigo, pensé que también podría irme yo. Pensé en buscar a Margarett pero creí que no querría hablar conmigo. Estaba yo pensando, en la puerta, si irme sola o no cuando alguien se paró delante mia.
-Oh dios... debo estar soñando. Primero Janis, luego Paul... ¿Ahora tú? -dije sonriente.
-Es posible que estés soñando. ¿Acaso estás segura de que estás viva? La muerte encierra muchos misterios.
-Me gustan mucho tus canciones, Jim. Escribes increíblemente bien.
-No me considero cantante ¿Sabes? Soy más como un poeta.
-Eres un poeta del Rock and Roll. -aun seguía sonriendo- ¿Dónde está Pam?
-Ni idea. Ven conmigo.
Y sin duda fui con él. Al final terminamos los dos bebiendo en un bar con mala pinta. Luego me desperté en un banco de delante del bar. Ni rastro de Jim. ¡Qué guay, joder! Vale, no me encontraba muy bien en aquel momento en el que me desperté. ¡Pero conocí a Jim Morrison! Me levanté de aquel banco. Me dolía todo el cuerpo, pero aun así fui caminando a mi casa, que estaba más cerca de lo que pensaba. Abrí la puerta, entré, solté un "¿Hola?" y no hubo respuesta.
Pensé que Marge no estaría. Pero estaba, en la habitación, escuchando un disco de Jefferson Airplane. El Surrealistic Pillow. Me miró, pensé que iba a matarme o algo por tontear con Roger (Joder, no lo puedo evitar...) pero no.
-¿Sabes lo que nos estamos perdiendo, Layla?
-¿A qué te refieres?
-Quiero ir a América. Quiero ser hippie.
-Cariño, podemos ser hippies aquí.
-No... quiero ver mundo. Salgamos de Londres.
Era una muy buena idea. Una increíble y genial idea.
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