Ramble on - Led Zeppelin

16/9/11

Capítulo 18.

Mi padre, joder, mi padre. La única persona que se habia preocupado aunque fuese un poco por mi. La única persona que intentó impedir que yo me fuera de casa porque me quería. Y la zorra de mi madre no me dijo nada. Estaba llorando. Yo nunca lloraba a menos que fuera de felicidad o de la risa. Llegué a la cocina, fui a prepararme una tila o algo pero de pura rabia la taza que tenía en la mano la rompí contra la encimera y me hice un corte en la mano. Estaba sangrando pero decidí llamar por teléfono a mi familia. Marqué el número.


-Biiiiiiiiiiiiiiiiip... Biiiiiiiiiiiiiip... Biiiiiiiiiiiiiiip... ¿Sí?


-SO PEDAZO DE ZORRA.


-¿Disculpe? ¿Quién es usted y por qué me llama así?


-SOY TU HIJA, LAYL... digo Tiffany...


-Tiff! Tu padre...! -fingió llorar.


-No me vengas con llantos que sé que te importa bien poco. ¿PERO POR QUÉ MIERDA NO ME DIJISTE NADA?


-Lo siento, Tiff, es que no nos acordamos...


-¡Nunca os acordáis de mi! ¡Os odio y parece que vosotros por mi sentís lo mismo!


-¡No digas eso, Tiff!


-¡Deja de llamarme Tiff, Claire!


-¿Cómo que Claire? ¿Por qué me llamas por mi nombre?


-Porque no te considero mi madre. 


-¡Anda, déjate de tonterías! ¡Tienes que volver para ir al funeral de papá!


-¡No pienso volver! ¡Lo haría por él! ¿Pero sabéis qué? ¡Que os follen a todos!


-¡OYE!

Y colgué. No quería seguir hablando. Tenía la mano con el corte apoyada en el vestido, y me había dejado una gran mancha de sangre. Estaba llorando, se me había corrido todo el rimel. Daba miedo con tan mala pinta. Entonces salí al jardín para hablar con Marge sobre el tema. Pensé que no me iba a ver nadie, pero fue extraño encontrarme a  Rog y Dave en la puerta hablando con Marge.


Abrí los ojos exageradamente, me quedé bloqueada, no sabía como reaccionar. Y las caras de póker de Roger y Dave me ponían nerviosa. Así que me puse una mano en la cintura, sonreí, y dije: "Menudas pintas lleváis.". Luego ellos se rieron, me dijeron que yo parecía una muerta, y disimulé lo mal que me encontraba lo mejor que pude. Fui a ducharme, a arreglarme y me curé la herida. En el salón estaban ellos dos con Margarett tomando té, como buenos ingleses que son. Me senté con ellos.


-Eh, Layla, lo siento por lo de tu... -iba a decir Dave pero le interrumpí.


-¡No lo digas! Por favor...


Hubo un silencio incómodo, me levanté, y me encerré en la habitación con mi guitarra. Ella me entendía más que nadie. Bueno, no más que Marge. Ya no lloraba, sólo cantaba. Bob Dylan, un músico americano. La canción favorita de mi padre era de él, Blowin' in the wind, se llamaba. Cuando una lágrima estaba a punto de caer por mi mejilla, noté un dedo que la recogía. Seguí la mano, y el brazo con la mirada. Era Gilmour, con una sonrisa dibujada en sus preciosos labios. Después me abrazó por detrás.


-La vida sigue, Lay. Las personas no viven para siempre.


-Si lo que más me jode es que la puta de mi madre no me haya dicho nada...


-Entiendo. Pero nos tienes a nosotros, para lo que quieras.


-Supongo... ¿Cómo has entrado? No te oí.


-No tenía intención de que me oyeras, además estabas tan concentrada en la canción que no te diste cuenta de que entré. Venga, -me dio un beso en la cabeza- levanta, Roger y yo íbamos para Abbey Road, pero nos hemos enterado de que hay un concierto de los Who.


-No tenéis entrada.


-Bah, nos colaremos -me sonrió, se levantó y se fue.


Salí al salón, Marge me dio un abrazo, y nos arreglamos un poco para ir al concierto. Aparecimos por allí, no había nadie, y el portero no nos quería abrir. Esperamos, esperamos, y aparecieron los Led Zeppelin, nuestros chicos. Bonzo nos dio los pases y pudimos entrar. Es curioso, dentro estaban los Pink Floyd riéndose al vernos. Habían falsificado los pases y se habían colado. Se presentaron, pero vamos, que los PF venían más que nada por nosotras.


Me acerqué sonriente a los Who, como si hace un rato no hubiera pasado nada grave, como si lo de la carta no hubiera ocurrido, y me presenté. "Keith está un pelín loco..." pensé. Y Pete me cayó bien. Roger Daltrey no me pareció especialmente guapo, pero me gustaba su pelo. Creo que no es necesario decir nada sobre la nariz de Pete, ¿Verdad? Pues eso.


A Marge le cayeron bien también. Pero estaba demasiado embobada mirando a Roger (Waters) como para ponerse a hablar con ellos.


-Maggie, ¿Quieres un pañuelo?


-¿Eh? ¿Qué? ¿Por?


-La baba. Se te cae.


Y me fui entre risitas a abrazar a Robert, el cual recibió el abrazo encantado. Apoyé mi cabeza en su pecho y jugueteé con algunos tirabuzones mientras miraba de reojo a Gilmour, el cual no parecía muy contento. Estaba celoso, vaya. Qué bien.


Al ver que Gilmour no apartaba la vista, decidí hacerselo pasar mal un rato. Le di un beso en el cuello a Robert. "Ey, pequeña ¿Qué estás haciendo?" dijo con una sonrisa divertida. Luego nos besamos, y la cosa fue a más. Cuando salí de aquel camerino del Hammersmith Odeon, aun colocándome bien la ropa, me acerqué a Gilmour que me miraba con mala cara.


-¿Qué te pasa?


-Eres una... una puta. Pensaba que entre nosotros dos había algo.


-¿Qué te hacía pensar eso? Tú me gustas mucho, pero nunca he dicho que fuéramos novios ni nada de eso...


-¿Es que no te importa nada de lo que pasó aquel día que quedamos? ¿Te doy igual yo?


-Uy, no te me habrás enamorado... ¿Verdad?


-Joder, me largo.


Me había pasado, no estaba bien. Quizás jugar con los sentimientos de las personas no fuera tan divertido. Me sentí mal durante un momento. Un momento largo, la verdad. Dave se fue, y los demás del grupo fueron con él. La había cagado bastante. Pero me importaba poco. O al menos eso creía.


Miré desde el backstage el concierto, junto con Margarett. Me dijo al oído, mientras estaban los Led, "Oye, Jimmy parece como asiático... es guapo." Yo me reí, la verdad es que tenía razón, pero me hizo gracia.


Después vimos a los Who, nos fuimos de fiesta con ellos. Fue una noche loca, y mod. Aunque ellos el rollo mod cada vez lo estaban dejando más de lado, pero lo recuperaron por esa noche. Anfetaminas, alcohol, y música a todo volumen bailada de manera extraña por chicos bien vestidos. Y en uno de esos bares en los que estuvimos, lo vi otra vez. A David Jones, el chico de Brixton. Se me quedó mirando fijamente, o al menos eso es casi todo lo que recuerdo de esa noche. Bueno, eso y ver a Margarett, la cual no había bebido prácticamente nada, liándose con Jimmy Page. Otra como yo, estupendo.

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